Los Celtas y su fascinación por la Luna

El mundo antiguo tenía alrededor de la Luna un halo de mitos, leyendas y magia, misterios sagrados de la naturaleza que han llegado hasta nuestros días. La luna para los celtas era la reina de la noche, la relacionaban con el espíritu femenino (generador de toda fecundidad), en sus rituales y actividades daban una gran importancia a todas y cada una de las fases de nuestro fascinante satélite, invitando a la reflexión y a entender el lugar del ser humano en la tierra.

Nuestros ancestros celtas sabían que la luna representaba de forma simbólica el arquetipo de la madre, la esposa, la co- creadora del Universo junto con el Dios Sol, por eso hacían reverencia a ambos como responsables de toda la creación. Cuando empezaron a observar los ciclos lunares entendieron los cambios de la naturaleza, los ciclos de la mujer y el tiempo de las cosechas, convirtiéndose así en un indicativo para su ritmo de vida.

Es lógico que observaran esta correspondencia entre el satélite nocturno y lo que ocurría a su alrededor, y que quisieran medir estos ciclos puesto que lo que hacían era medir el tiempo, pudiendo calcular así, por ejemplo, los mejores momentos para sembrar y cosechar o cuándo llegaría el celo de sus animales, base de subsistencia de estos pueblos.

La importancia de la luna tiene también su reflejo en la forma de contar los días para los celtas: desde el momento en que caía la noche y no cuando amanecía, como hacemos ahora.

Es muy fácil imaginar la fascinación que la luna despertaría en el pueblo celta y la importancia que llegó a alcanzar para esta cultura no sólo en el plano espiritual y religioso sino también en el económico. La arqueología nos ha demostrado que lograron medir con sorprendente exactitud todos sus movimientos, plasmándolo en las construcciones de importantes santuarios y lugares de culto que funcionaron como auténticos observadores astronómicos.

Cuando contemplamos el significado celta de la astrología, observamos que inventaron un sistema de clasificación astrológica mucho antes de que se formulara el calendario romano y del inicio de la astrología grecorromana clásica gracias a su agudo sentido de conexión con su entorno.

Una vez tomamos conciencia de que no podemos contemplar nuestra existencia sin reconocer también nuestra relación con la Tierra y el Cosmos vislumbramos cuán profunda es la mente celta; al vincular los cuerpos celestes con las conductas terrenales y humanas es cuando empezamos a tener algo de control sobre nuestro presente y podemos planear nuestro futuro, dándole un sentido más amplio a nuestro mundo. Los celtas lo sabían, por ello mostraban un gran respeto por toda la vida (visible e invisible) y fueron capaces de desarrollar y legarnos un intrincado sistema de sabiduría celestial.

Los rituales lunares eran muy importantes para el druidismo ya que estaban relacionados con la fertilidad y la energía femenina de la creación.

Si deseas saber más sobre estos antiguos ritos y aprender a gestionar la energía de las distintas fases lunares te invito a echarle un vistazo a todas las herramientas que he creado para ti.

Con amor;

Lidia Maeve.

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Sobre mí

Facilitadora y Mentora holística. Experta en Cuidado Energético. Instructora de Mindfulness, Meditación y Técnicas Conscientes para el Bienestar Integral. Creadora de Yoga Interior® y Método MAEVE® Además Divulgadora de la Cultura y el Legado Celta.

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